El ocaso de Abdalá
Tiene convulsa y dividida a la opinión pública. Una mitad lo condena sin piedad, la otra siente compasión. Esos son los sentimientos encontrados que genera. Sobre el exmandatario Abdalá Bucaram Ortiz pesan tres causas penales: presunta delincuencia organizada, tráfico de armas y de bienes patrimoniales, que lo mantienen con arresto domiciliario. Todos esos procesos se derivan de las investigaciones de la venta con sobreprecios de insumo médicos en hospitales de la seguridad social. Las denuncias de corrupción no son nuevas en la vida de Abdalá Bucaram. De la alcaldía de Guayaquil salió glosado y de su corta estancia en Carondelet con el peculado de las mochilas escolares. Solo el autoexilio -en ambos casos- lo salvó de la cárcel. Ni en la alcaldía y ni en la Presidencia alcanzó a terminar sus mandatos para los cuales fue elegido. La huida de Daniel Salcedo es una copia exacta de lo que hizo Bucaram en 1985 siendo burgomaestre, cuando tuvo que fugar por primera vez del país: de Guayaqui...